Desde los siglos XVII y XVIII
la educación era la pieza clave que armaba la estructura social en Europa;
recordemos que para países como Rusia y Alemania;
era fundamental la idea de crear sitos de reclusión donde los jóvenes eran
sometidos a lavados cerebrales para luego implantarles chips de control de
mentes con el único objetivo de dar lo mejor de sí mismo a una determinada
comunidad sin que esta necesariamente le brindara bienestar.
No obstante poco a poco la
esencial vital de la educación se fue desvaneciendo en la soledad de miles de jóvenes
que buscaban un aprendizaje serio, coherente, benéfico y colectivo; los grandes
“patrones del mundo” quieren establecer una mecánica de vanguardia haciendo uso
de los nuevos futuros del mundo “los chicos” reformando el sitio donde más se
aprende y no solo a nivel conceptual sino también a nivel moral y personal, las
instituciones educativas, van evolucionando pasado de ser sitios de interacción
con los otros y aprendiendo de ellos, a modelos de sistemas competitivos sin
importar que tan vil se puede llegar hacer si se quiere triunfar sin importar
que artimañas usar afectando al otro; a nuestro hermano.
No esta demás decir que la educación
no es el plantel, la estructura de cuatro paredes, los salones con sus
respectivos pupitres. Es el espacio como tal donde aprendemos “a ser personas”
donde crecemos como individuos pensantes, donde
se supone que el mundo se hizo para compartir y no competir (piña,
1995) lo demás ya viene por añadidura. El autoaprendizaje, las ganas de
triunfar, poder adquirir nuevas oportunidades económicas, entre otras cosas; no
significa que para conseguirlo tenemos que pasar por encima del otro y eso es
lo que nos está planteando el nuevo sistema educativo a nivel mundial,
perdiendo en su totalidad el ideal de la educación “aprender y donar conocimiento”,
todo lo que se quiere tiene un sacrificio nada es fácil y todo está a la merced
de que tanta voluntad se dispone para obtenerlo.
En las manos de cada uno está
la oportunidad de cambiar, de escoger ser una víctima más de las circunstancias
o de ser una persona visionaria y conocedora de la palabra “vivir”. La educación
es la forma, la manera y la razón de conocer el mundo y como este se nos
manifiesta, nosotros solo somos un comodín para saber interpretarlo y poder
decir al final del camino viví sin limitaciones y sin lastimar a mi hermano a
mi compañero de vida.
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